Última actualización junio 19, 2023
El Día Mundial del Glaucoma, que se celebra el 12 de marzo de cada año, es una jornada dedicada a generar conciencia en la población acerca de la gravedad de esta enfermedad que está considerada como la segunda causa de ceguera en el mundo.
Qué es el glaucoma?
¿Qué es el Glaucoma?, el glaucoma es una enfermedad ocular que daña el nervio óptico debido al aumento de la presión intraocular. Los oftalmólogos recomiendan controles periódicos para detectarlo a tiempo para paliar sus efectos.
El glaucoma puede producir ceguera si no se trata adecuadamente. El ojo y la llanta d ela bicicleta requieren de una cantidad correcta de presión para un buen desempeño.
Una presión ocular elevada puede ser un factor de riesgo para desarrollar glaucoma. Controla tu presión intraocular!
Ojo normal y ojo con glaucoma
El glaucoma es una enfermedad ocular que se produce con el aumento de presión en el ojo.
La presión elevada daña el nervio óptico.
La revisión anual de la vista por un médico puede evitar millones de cegueras.
Día Mundial del Glaucoma 12 de marzo
El 12 de marzo es el Día Mundial del Glaucoma. Carteles para compartir en redes sociales.
No dejes que el Glaucoma te cierre las puertas.
El Glaucoma puede producir ceguera.
Más de 60 millones de personas sufren de Glaucoma, la mitad no lo sabe.
Más de 60 millones de personas sufren Glaucoma y la mitad no lo saben.
Semana Mundial del Glaucoma: «Para que no tengas que ver el mundo a través de un tubo.»
Frente al glaucoma alimenta la prevención.
Realiza un test genético de detección precoz y mide tu presión intraocular.
Imágenes de la Semana Mundial del Glaucoma.
Glaucoma
Datos para prevenir el Glaucoma
Datos importantes para la prevención del Glaucoma. Infografía. «No dejes que el glaucoma oscurezca tu vida».
Tipos de glaucoma
El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que afecta el nervio óptico y puede provocar pérdida de visión permanente si no se trata adecuadamente. Hay varios tipos de glaucoma, pero los más comunes son los siguientes:
- Glaucoma de ángulo abierto: Es el tipo más común de glaucoma. En este caso, el drenaje del líquido acuoso del ojo a través del ángulo de drenaje trabecular es lento, lo que provoca un aumento gradual de la presión intraocular. El glaucoma de ángulo abierto generalmente progresa lentamente y no presenta síntomas iniciales evidentes.
- Glaucoma de ángulo cerrado: En este tipo de glaucoma, el ángulo de drenaje trabecular se bloquea repentinamente, lo que provoca un aumento rápido de la presión intraocular. El glaucoma de ángulo cerrado puede presentar síntomas agudos como dolor ocular intenso, visión borrosa, halos alrededor de las luces y enrojecimiento del ojo. Requiere atención médica inmediata.
- Glaucoma de tensión normal: Aunque la presión intraocular se mantiene dentro del rango normal, el nervio óptico sufre daño. La causa exacta de este tipo de glaucoma no se comprende completamente, pero se cree que factores como la falta de flujo sanguíneo adecuado al nervio óptico pueden desempeñar un papel en su desarrollo.
- Glaucoma congénito: Es una forma rara de glaucoma que se presenta en bebés y se debe a un desarrollo anormal del sistema de drenaje del ojo antes del nacimiento. Puede ser hereditario y suele ser detectado en los primeros meses de vida debido a la apariencia de los ojos del bebé, como el agrandamiento de la córnea.
- Glaucoma secundario: Este tipo de glaucoma se produce como resultado de otra enfermedad o lesión ocular, como la diabetes, la uveítis, el uso prolongado de esteroides, el traumatismo ocular o la cirugía ocular previa. El glaucoma secundario puede tener características y síntomas similares a otros tipos de glaucoma, pero su causa subyacente es diferente.
Es importante destacar que el diagnóstico y el tratamiento del Glaucoma deben ser realizados por profesionales de la salud especializados en oftalmología. Si sospechas que puedes tener glaucoma o tienes alguna preocupación relacionada con tu salud ocular, te recomiendo que consultes a un oftalmólogo para una evaluación y un diagnóstico precisos.
Infografías relacionadas con el Día Mundial del Glaucoma para compartir en redes sociales.
Infografia sobre el Glaucoma
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en adultos.
Que maravilloso es ver el mundo……no permitas que el glaucoma se interponga en el camino.
Tiene tratamiento el Glaucoma?
Sí, el glaucoma tiene tratamiento. El objetivo principal del tratamiento del glaucoma es reducir la presión intraocular (PIO) para prevenir o retrasar el daño en el nervio óptico. Aunque no se puede revertir el daño existente, el tratamiento puede ayudar a controlar el glaucoma y prevenir una mayor pérdida de visión.
El tratamiento del glaucoma puede incluir una combinación de opciones, que pueden ser médicas, quirúrgicas o láser. Aquí te mencionaré algunas de las opciones de tratamiento más comunes:
- Gotas para los ojos: Los colirios o gotas para los ojos son el tratamiento más común para el glaucoma. Estas gotas oculares ayudan a reducir la presión intraocular mediante la disminución de la producción de líquido en el ojo o aumentando su drenaje.
- Medicamentos orales: En algunos casos, pueden recetarse medicamentos en forma de pastillas para reducir la presión intraocular. Estos medicamentos se utilizan principalmente cuando las gotas para los ojos no son suficientes.
- Trabeculoplastia con láser: Este procedimiento utiliza un láser para mejorar el drenaje del líquido dentro del ojo. Ayuda a disminuir la presión intraocular y se puede realizar de diferentes maneras, como la trabeculoplastia selectiva con láser (SLT) o la trabeculoplastia con láser de argón.
- Cirugía de glaucoma convencional: En algunos casos, puede ser necesario recurrir a la cirugía para tratar el glaucoma. Existen diferentes procedimientos quirúrgicos que pueden realizarse, como la trabeculectomía, en la cual se crea un nuevo canal de drenaje para el líquido ocular, o el implante de un dispositivo de drenaje (como el tubo de Ahmed o el implante de válvula).
Es importante destacar que el tratamiento del glaucoma es individualizado y depende de varios factores, como la gravedad de la enfermedad, la respuesta del paciente al tratamiento y la presencia de otras afecciones oculares. Por lo tanto, es fundamental consultar a un oftalmólogo para recibir un diagnóstico preciso y determinar el tratamiento más adecuado para cada caso.
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